THE SURFER: NICOLAS CAGE, UNA TABLA DE SURF Y UN DESCENSO AL ABISMO

No tengo pruebas, pero tampoco tengo dudas, maldita sea, de que en el octavo día, Dios vio que su creación era casi perfecta y, en un arrebato de buen humor y amor por la humanidad, decidió regalarnos—no solo a este universo, sino a todos los que ha creado—la existencia del único ser capaz de estar en todas partes, hacer de todo y hacerlo espectacularmente bien: el señor Nicolas Kim Coppola, mejor conocido como nuestro mesías del cine, el inigualable Nick Cage.

El más grande actor de nuestra generación y de todas las que vendrán. El único con la sensibilidad y el talento necesarios no solo para interpretar una película frente a nosotros, sino para hacer que la película cobre vida dentro de nosotros.

Esta indomable fuerza de la naturaleza regresa, de la mano del director Lorcan Finnegan, con un relato obsesivo y paranoico que se nos viene encima como una gigantesca ola dispuesta a borrarnos de la faz de la existencia… o, si tenemos suerte, podremos surfearla con la gracia casi divina con la que Cage lo hace en una de las actuaciones más salvajes de su carrera. Este hombre, que ya nos llevó al límite de nuestros miedos más profundos con Longlegs, nos trae ahora, a plena luz del día, un estallido de esquizofrenia bajo el sol que simplemente no podemos perdernos.

¡Salve, Nicolas Cage! Los que vamos a surfear, te saludamos.

EL DRAMA PLAYERO QUE NO SABÍAS QUE NECESITABAS

En tiempos donde el cine parece obsesionado con superhéroes de colores y franquicias recicladas, The Surfer nos entrega un espectáculo de degeneración mental digna de un estudio sobre la masculinidad tóxica. La película se desenvuelve como una mezcla entre Un Día de Furia y Punto de Quiebre, pero con un Cage que parece estar a punto de explotar en cada escena. Y cuando digo explotar, me refiero a esa expresión de «voy a perder la cabeza y es probable que mate a alguien con una concha de mar».

Finnegan, conocido por su atmósfera opresiva y su capacidad para convertir lo cotidiano en una pesadilla existencial, usa la soleada playa australiana como una trampa de arena movediza para nuestro protagonista. Lo que empieza como un simple «bro, queremos surfear» se convierte en una pesadilla de paranoia, violencia y un tipo en crisis existencial con una tabla de surf como único compañero.

EL CAGEVERSO EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN

Con una ovación de seis minutos en Cannes (porque, obvio, nadie se va a levantar de su asiento tras ver a Cage desquiciarse por casi dos horas), The Surfer tiene un 88% en Rotten Tomatoes y críticos diciendo que esta es su mejor actuación en años. Y seamos honestos, cuando Cage está completamente suelto, lo amamos más.

Si pensabas que el punto más bajo de su carrera fue The Wicker Man (y ese «Not the bees!» sigue sonando en tu cabeza), aquí está para demostrarte que no, que siempre hay un nivel más de intensidad que explotar. Pero en el buen sentido. The Surfer es, en esencia, una película sobre un hombre que lucha por recuperar su lugar en un mundo que ya no lo quiere, y lo hace con el mismo fervor con el que Cage aceptó hacer Face/Off.

THE SURFER LLEGA EL 2 DE MAYO Y ESTAMOS LISTOS PARA LA MAREA DE LOCURA

Si te gustan las historias de locura progresiva, violencia de baja intensidad que se convierte en una masacre psicológica y Nicolas Cage en su modo 100% sin filtro, esta película es para ti. Y si no, bueno, al menos sabrás que hay un universo en donde Cage y el surf se combinan en una tormenta de desquiciamiento puro. La pregunta es: ¿será esta la actuación definitiva de Cage? Si la historia nos ha enseñado algo es que, con él, siempre hay espacio para subir la apuesta.