Si eres de los que busca una experiencia única y diferente en la Ciudad de México, el Restaurante Selva Negra en el Ajusco es el lugar ideal para ti. No solo se trata de un sitio para comer, sino de un lugar donde la naturaleza y la creatividad se fusionan de una manera increíble. Este restaurante, en medio de las montañas, te invita a desconectarte del ruido de la ciudad y disfrutar de una comida excepcional, rodeado de un ambiente chill y acogedor.

Ambiente e Instalaciones

La primera vez que llegas a Selva Negra, lo primero que notas es el ambiente relajado pero elegante que tiene. El restaurante está en una casa de campo que tiene todo el estilo de un refugio de montaña, pero con toques modernos que lo hacen sentir cómodo y contemporáneo. Las vistas, que se disfrutan desde los ventanales, te permiten tener una panorámica impresionante del Ajusco, sobre todo si vas en una tarde de clima fresco. Además, la decoración tiene un estilo que mezcla lo rústico con lo sofisticado, lo que lo hace perfecto para cualquier ocasión, ya sea una comida casual o algo más especial.

Las mesas están dispuestas para que puedas disfrutar de la vista y el ambiente sin sentirse apretado. Hay espacios tanto en el interior como al aire libre, lo que permite que te adaptes al clima. En invierno, las chimeneas crean el ambiente ideal para una comida cálida, mientras que en verano, puedes disfrutar de la frescura de la zona.

Comida Creativa y Diferente

Si eres fan de la comida creativa, aquí vas a disfrutar mucho. El menú de Selva Negra tiene una mezcla de cocina mexicana moderna con toques internacionales que hacen que cada platillo sea una sorpresa. Los ingredientes son frescos, muchos de ellos de la región, lo que le da un toque auténtico y original. Además, no solo se enfocan en el sabor, sino también en la presentación, así que cada plato es prácticamente una obra de arte.

Servicio de Primera

El servicio es de los puntos fuertes de este restaurante. Desde el momento en que llegas, te reciben de manera cálida y te hacen sentir como en casa. El personal es súper atento, te explica con detalle cada platillo del menú y, si tienes dudas, no dudan en recomendarte algo que se ajuste a tus gustos. El ritmo del servicio es muy bueno: no te hacen esperar demasiado, pero tampoco te apresuran, lo que te permite disfrutar de la comida a tu propio ritmo.

Si vas con un grupo o tienes una ocasión especial, también tienen opciones para eventos privados, lo que lo hace aún más versátil. El trato personalizado es una parte clave de la experiencia en Selva Negra, y eso realmente hace que te sientas cómodo y bien atendido.

Bebidas y Postres

El tema de las bebidas también tiene lo suyo. Tienen una carta de vinos y cócteles que complementa perfectamente los platillos. Algunos cócteles están hechos con ingredientes frescos y locales, lo que los hace super refrescantes. Si eres de los que se deciden por un buen vino, no te vas a arrepentir. La selección está bien cuidada y marida muy bien con los diferentes sabores de la comida.

En cuanto a los postres, definitivamente tienes que probar el flan de cajeta con nuez o el pastel de chocolate con chile poblano. Estos postres son una explosión de sabores que cierran con broche de oro la experiencia gastronómica.

En resumen, Selva Negra Ajusco es mucho más que un restaurante. Es un lugar donde puedes disfrutar de buena comida, buena compañía y un ambiente increíble, todo al mismo tiempo. La mezcla de creatividad en el menú, la calidad del servicio y la belleza del lugar lo hacen una opción que definitivamente vale la pena. Si estás buscando una experiencia gastronómica diferente en la Ciudad de México, Selva Negra es el lugar perfecto para ti.