Las bodas, tradicionalmente eventos íntimos y privados, están siendo reimaginadas en Francia gracias a una app llamada Invitin. Su propuesta es tan audaz como inesperada: vender entradas a bodas ajenas. Sí, como si se tratara de un concierto o una obra de teatro, ahora es posible pagar entre 100 y 150 dólares para asistir a una boda de desconocidos y vivir toda la experiencia: ceremonia, banquete, baile, y hasta el brindis.

La idea nació como una forma de ayudar a las parejas a financiar sus celebraciones, especialmente en tiempos donde los costos de una boda pueden superar fácilmente los 20,000 euros. Invitin permite que los novios abran su evento a “invitados externos” que buscan una experiencia social diferente, divertida y auténtica. A cambio, los asistentes reciben acceso completo al evento, con comida, bebida, música y la posibilidad de conocer gente nueva en un entorno festivo.

https://www.invitin.fr

¿Una boda como experiencia cultural?

Lo que podría parecer una invasión a la privacidad se ha convertido en una tendencia curiosa entre parejas modernas y viajeros sociales. Algunos lo ven como una forma de compartir su felicidad con más personas, otros como una oportunidad de monetizar parte del evento. Para los asistentes, es una experiencia cultural única: vivir una boda francesa, conocer tradiciones locales, probar gastronomía regional y formar parte de una celebración real.

La app funciona como una plataforma de eventos. Las parejas publican su boda, detallan el lugar, la fecha, el estilo (formal, bohemio, campestre, urbano), y el número de entradas disponibles. Los usuarios pueden explorar opciones, leer reseñas de bodas anteriores y comprar su acceso directamente desde la app. Algunas bodas incluso ofrecen paquetes VIP con acceso a sesiones de fotos, regalos personalizados o transporte incluido.

Una nueva economía del festejo

Invitin está creando una microeconomía alrededor de las bodas. Desde proveedores que se benefician de mayor afluencia, hasta influencers que asisten a bodas como contenido para redes sociales. También ha despertado el interés de sociólogos y expertos en comportamiento social, que ven en esta tendencia una evolución del concepto de comunidad y celebración.

Por supuesto, no todas las parejas están dispuestas a abrir su día especial a desconocidos. Pero para quienes lo hacen, la experiencia puede ser enriquecedora. Algunos novios han reportado que los “invitados externos” aportan energía, diversidad y hasta nuevas amistades. Otros simplemente lo ven como una forma creativa de cubrir gastos sin comprometer la calidad del evento.

¿El futuro de las bodas?

Invitin plantea una pregunta provocadora: ¿y si las bodas dejaran de ser eventos cerrados y se convirtieran en experiencias compartidas? En una era donde todo se monetiza, desde cenas privadas hasta retiros espirituales, las bodas podrían ser el próximo terreno de exploración social y comercial.

Por ahora, la app está disponible solo en Francia, pero su modelo podría expandirse a otros países donde el turismo experiencial y la economía colaborativa están en auge. Lo que comenzó como una solución financiera, hoy se perfila como una nueva forma de celebrar el amor… con público incluido.