Ok, hoy venimos con lección turbo cargada de cómo hackear mentes 101, porque sabemos que te interesa vender, y mucho. Esta guía va para ti, el mercadólogo digital que sueña con ser el próximo Steve Jobs de Instagram, y para ti, la creadora de contenido de OnlyFans que quiere diversificar y ofrecer cursos de marketing (además de alguna que otra fotillo de “contenido premium”). Vamos paso a paso en este pequeño curso de manipulación comportamental (sin dañar a nadie, claro), para que aprendas cómo hacer que tus clientes quieran comprarte hasta lo que no necesitan. ¡Empezamos!

Paso 1: El «Sistema de Pensamiento Rápido». O, como yo le llamo, “La compra de impulso está de tu lado.”

El secreto aquí es hacer que tu cliente se sienta impulsado por su instinto, el mismo que le dice “compra esa chamarra que no necesitas porque hay un descuento de 2%”. Así que, querido mercadólogo, cuando hagas esa publicación en redes, asegúrate de que sea visualmente impactante, fácil de digerir y tentador. La mayoría de las veces, los clientes no tienen tiempo ni ganas de pensar mucho; simplemente necesitan un empujoncito que los haga actuar al instante.

Ejemplo para el mercadólogo: Publica un anuncio de esos que dicen “Última oportunidad de compra para obtener el curso de marketing digital a mitad de precio”. El cerebro rápido de tu cliente solo verá las palabras «última oportunidad» y «mitad de precio» y se lanzará como si estuviera en una subasta de garage.

Ejemplo para la emprendedora en OnlyFans: Agrega un anuncio tipo “este curso de marketing revolucionario desaparecerá pronto” (aunque no tengas intención de quitarlo). Pon un toque de misterio: usa frases como “¿List@ para aprender los secretos detrás de mis ventas? Solo por tiempo limitado, aprende cómo hacer que los clientes vengan a ti”. Tu audiencia solo querrá “aprovechar” antes de perderse lo que aparenta ser la fórmula secreta del éxito.

Paso 2: “Nudge” (o el Empujoncito de la Decisión). En otras palabras, haz que ellos crean que fue su idea.

Aquí es donde la magia de la economía conductual se convierte en tu varita de control mental. El truco está en darle a tus clientes opciones que parecen decisiones libres, pero que en realidad los llevan directo al resultado que tú quieres.

Ejemplo para el mercadólogo: En tu página de aterrizaje de marketing digital, coloca dos opciones de curso: el básico (barato y casi inútil) y el avanzado (un poco más caro, pero lleno de “contenido exclusivo”). La opción avanzada ya incluye hasta membresías VIP (que no existen) y tres plantillas de PowerPoint. En realidad, no tienen opción: vas a llevarlos directo al plan avanzado.

Ejemplo para la emprendedora en OnlyFans: Ofrece dos niveles de suscripción: el nivel “Iniciado en Marketing” (casi como leer la Wikipedia) y el “Marketing Pro”, que incluye asesorías privadas (en vivo y con tips personalizados). Nadie quiere parecer un principiante, y al final del día, la mayoría optará por tu nivel Pro, aunque no sepan bien por qué.

Paso 3: Efecto Anclaje (también conocido como “muéstrales lo caro primero, y lo barato se verá irresistible”).

El anclaje es el truco más viejo del libro, pero sigue funcionando porque la gente tiende a caer en la comparación automática. Si primero ves algo caro, todo lo demás parece barato a su lado. ¡Fácil y efectivo!

Ejemplo para el mercadólogo: Muestra primero un programa de marketing digital de 50 horas con un precio de $1,000 USD y luego, debajo, un “paquete promocional” por solo $250 USD con una duración de 10 horas. Boom, el cerebro de tu cliente solo se acordará de la diferencia de precio, no de la diferencia en horas. Comprar el paquete parece la decisión inteligente.

Ejemplo para la emprendedora en OnlyFans: Ofrece un “Curso Exclusivo de Marketing de Alto Nivel” por $200, y justo abajo, el “Curso Básico” por $40. Aunque no tengas una idea clara de qué les enseñarás en el básico, confía en que la audiencia pensará que el precio bajo es la oferta de su vida.

Paso 4: Aversión a la Pérdida (la joya de la manipulación emocional, o el clásico “Cómpralo ya o te arrepentirás para siempre”).

La aversión a la pérdida es una táctica que convierte el miedo en una fuerza de ventas. Se basa en un principio sencillo: las personas temen perder algo más de lo que desean ganarlo. Esto hace que cualquier cosa que implique “no te lo puedes perder” tenga el poder de atraer como miel a las abejas.

Ejemplo para el mercadólogo: En la última etapa del carrito de compras, agrega un temporizador que dice: “Este precio expira en 10 minutos”. El cliente está en la cuerda floja, y la idea de perder la oferta lo hará clickear “comprar” antes de cuestionarse si realmente le servirá ese curso para algo.

Ejemplo para la emprendedora en OnlyFans: Usa mensajes de “Acceso limitado” en tu perfil o en la descripción de tus cursos. ¿Que en realidad siempre tendrás espacio para más usuarios? Claro, pero eso no lo saben ellos. Hazles sentir que, si no se inscriben hoy, perderán acceso al “secreto del éxito en marketing” (que ellos creen que solo tú conoces).

El fin justifica los medios (bueno, al menos en marketing digital).

¿Querías una guía para entender economía conductual? Ahí la tienes. Entre empujoncitos y anclas de precios, tus clientes no van a saber qué los golpeó, pero sí sabrán que gastaron. Así que adelante, ve y aplica estos consejos. Manipulación… digo, persuasión ética al máximo. Porque el truco del buen mercadólogo no es vender el producto, sino hacer que el cliente quiera comprarlo sin saber bien por qué.

Bienvenidos al juego, jóvenes talentos de Tigrepop.