Imagina esto: te rifas cuatro años en la uni, sobrevives a profes que confunden clase con stand-up malo, pagas inscripciones que podrían financiar la película independiente que nunca filmarás, y al final… un algoritmo barato te gana la chamba. ¿Qué sigue? ¿que el perro del vecino también tenga LinkedIn?

La inteligencia artificial (IA) ya escribe ensayos más rápido que tú, diseña logos sin llorar por las tipografías y organiza contabilidades sin pedir aguinaldo. Todo indica que tu título podría terminar colgado en la sala, justo entre el cuadro de la Última Cena y el diploma de la primaria.

Pero aquí está la trampa: no, no es cierto que estudiar una carrera ya no tenga sentido. Lo que pasa es que el juego cambió.

La carnicería de las carreras “copiables”

  • Contaduría: QuickBooks ya sabe más de impuestos que tu tío contador.
    Salvavidas: auditoría forense o planeación fiscal, donde la tranza aún necesita colmillo humano.

  • Administración: antes “líder de equipo”, ahora “el que organiza juntas en Zoom que pudieron ser un correo”.
    Salvavidas: management estratégico y liderazgo de humanos, no de excels.

  • Derecho (nivel copy-paste): legal tech redacta contratos en menos tiempo del que tardas en prender tu compu.
    Salvavidas: derecho digital, propiedad intelectual y ciberseguridad.

  • Marketing básico: Meta y Google hacen segmentación más fina que cualquier profe en PowerPoint.
    Salvavidas: storytelling cultural, growth hacking y creatividad no replicable.

  • Comunicación: ChatGPT redacta el boletín que igual nadie leerá.
    Salvavidas: periodismo de datos y análisis cultural con sangre real, no sintética.

  • Diseño gráfico: MidJourney hace en segundos lo que tú entregas en tres días y dos breakdowns.
    Salvavidas: branding, UX/UI y dirección de arte con visión humana.

  • Turismo: Booking ya te arma el viaje, pero jamás sabrá cómo explicarle al gringo que no abrace un jaguar.

  • Relaciones Públicas: un bot ya pide disculpas en Twitter mejor que tú.

  • Psicología genérica: un chatbot de bienestar atiende “me siento triste” en diez minutos.

  • Trabajo Social: una app ya te dice en qué colonia falta agua.

Entonces, ¿para qué carajos estudiar una carrera?

Porque la universidad ya no es un pase VIP al empleo estable. Es un campo de entrenamiento: te enseña a pensar, a equivocarte sin que el mundo se caiga, a discutir con gente que no piensa como tú y, sobre todo, a especializarte en lo que la IA todavía no puede tocar: intuición, creatividad y criterio ético.

Y aquí viene lo jugoso: la IA no solo amenaza, también democratiza. Antes, un estudiante en Puebla con una beca raquítica estaba a años luz del que estudiaba en Oxford. Hoy, con las herramientas correctas, ese estudiante puede aprender lo mismo (sí, incluso cálculo avanzado y filosofía del lenguaje) desde un celular medio roto. Lo único que no puede copiarse en la nube son las conexiones personales, las redes sociales reales (no las de Meta) y el privilegio de nacer en cierto código postal. Pero en términos de conocimiento puro, la brecha se está cerrando.

Así que no, no se trata de renunciar a estudiar, sino de estudiar distinto. De dejar de ver la licenciatura como “el boleto dorado” y más como el tutorial extendido que te prepara para ser jugador en un campo donde la IA es el rival… y la aliada.

El futuro no es dejar la carrera: es aprender a usar la IA como tu asistente, no como tu verdugo. Y sí, todavía hay espacio para los que se rifan en áreas finas y sofisticadas donde no basta copiar, pegar ni predecir con algoritmos.

Referencias de consulta

  • Autor, D. H., Mindell, D., & Reynolds, E. B. (2020). The Work of the Future: Building Better Jobs in an Age of Intelligent Machines. MIT Press.

  • Brynjolfsson, E., & McAfee, A. (2014). The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies. W.W. Norton & Company.

  • Frey, C. B., & Osborne, M. A. (2017). The future of employment: How susceptible are jobs to computerisation? Technological Forecasting and Social Change, 114, 254-280.

  • Schwab, K. (2016). The Fourth Industrial Revolution. World Economic Forum.