Chale!!! que inocente eres, que caiste en nuestra trampa, pero relájate. No hay ningún pacto secreto… o al menos no que sepamos. Pero si ya llegaste hasta aquí, el clickbait hizo su trabajo. Bienvenidos al siglo XXI, donde el morbo es la gasolina de la viralidad y los algoritmos son adictos a tu dopamina.

En este artículo, vamos a destripar el verdadero «pacto» que existe entre creadores de contenido, medios de comunicación y audiencias sedientas de chismes, pleitos y titulares sacados del manual más rancio del amarillismo.

¿Por qué funciona el morbo como imán?

Porque somos humanos y el drama nos gusta más que la ensalada. Estudios de la neurociencia y la psicología del consumidor han demostrado que la gente reacciona con mayor fuerza emocional ante contenidos que despiertan emociones como la ira, la sorpresa o la indignación. El morbo es un trigger que activa la amígdala y te hace compartir, comentar y discutir como si el planeta se fuera a acabar mañana.

De hecho, Berger y Milkman (2012) mencionan que “los contenidos que generan alta excitación emocional, ya sea positiva o negativa, son significativamente más virales”¹. En otras palabras: los titulares que te hacen fruncir el ceño o soltar una carcajada incómoda se comparten más que los reportes de sostenibilidad de una ONG.

¿Quién es la audiencia que cae en la trampa?

En México, las audiencias propensas a consumir contenido polémico y morboso suelen ser jóvenes de entre 18 y 34 años, mayoritariamente ubicados en zonas urbanas y con un alto consumo de redes sociales, especialmente TikTok, YouTube y Facebook (Statista, 2023)². A nivel actitudinal, esta audiencia busca entretenimiento rápido, tiene baja tolerancia a los contenidos largos y prioriza temas con carga emocional: escándalos, conflictos, filtraciones y “exclusivas”.

Lo interesante es que estos mismos consumidores también responden positivamente cuando el morbo se redirige hacia causas sociales. Un ejemplo: campañas virales que exponen la crueldad animal o las injusticias ambientales, que apelan al shock inicial para luego canalizar la atención hacia la acción.

Entonces… ¿es ético usar el morbo?

No estamos aquí para ser tus maestros de moral, sino tus entrenadores para ganar la guerra de la atención. El morbo, cuando se usa con inteligencia, puede ser un vehículo para el bien. ¿Tu campaña quiere salvar el Amazonas? Entonces ponle un gancho que grite: “El oscuro secreto que las petroleras NO quieren que sepas”. Ahí captaste a la audiencia. Luego ya les explicas cómo donar o cómo plantar un árbol.

¿Qué deben aprender los estudiantes de marketing de esto?

  1. Conoce a tu audiencia: No solo es saber cuántos años tienen o dónde viven. Es saber qué les indigna, qué los hace reír y qué no pueden dejar de comentar.
  2. Afila el titular: Tu campaña es invisible si no logra ese primer impacto. El clickbait no es el enemigo, es solo una herramienta mal usada por quienes no entienden el contexto.
  3. Redirige la atención: Usa el morbo para generar clics, pero entrega valor o conciencia social dentro del contenido.
  4. Mide, ajusta, repite: Todo lo que no se mide, muere. Analiza las reacciones y haz tuning fino hasta que tu mensaje llegue donde debe.

Fuentes

  1. Berger, J., & Milkman, K. L. (2012). What makes online content viral? Journal of Marketing Research, 49(2), 192-205. https://doi.org/10.1509/jmr.10.0353
    «Los contenidos que generan alta excitación emocional, ya sea positiva o negativa, son significativamente más virales» (Berger & Milkman, 2012, p. 199).

  2. Statista Research Department. (2023). Most used social media platforms in Mexico in 2023 by age group. Statista.
    «El grupo etario de 18 a 34 años es el principal consumidor de contenido viral y polémico en redes sociales como TikTok y Facebook en México» (Statista, 2023).