Robert Prevost, o cómo la Iglesia Católica ahora habla inglés con acento limeño

Tigrepop deslinda su responsabilidad de este artículo de opinión, especulación y periodismo gonzo, que nos encontramos tirado afuera en la calle. Leerlo y creerlo es responsabilidad de usted.

¡Fumata blanca y bandera americana! Por primera vez en la historia (y en medio de un mundo que parece más un episodio de Black Mirror que de los Evangelios), un papa nacido en Estados Unidos ha sido elegido. Su nombre: León XIV, civilmente conocido como Robert Francis Prevost.

69 años. Nacido en Chicago. Hijo de francés y española. Ciudadano peruano. Misionero. Agustino. Y ahora, el hombre que tratará de mantener con vida una institución que sobrevive gracias a la fe y a las tarjetas de crédito de ancianas italianas.

Pero que nadie se confunda: este no es un Papa Made in USA clásico tipo Reagan o Trump. Prevost tiene en el ADN más ceviche que hamburguesa. Se echó 40 años en Perú como misionero y obispo. Entiende el catolicismo no como un ejército que dicta normas, sino como una selva donde sobreviven teólogos liberales, conservadores enojados, y millones de fieles que creen en Dios pero no en los obispos.


¿Qué significa un Papa estadounidense con SABOR latino?

  1. Primer round: ¿Un Papa al servicio del imperio?
    Que nadie se engañe. Su pasaporte estadounidense será munición para que Rusia, China, Irán y los nacionalistas europeos digan que el Vaticano ahora es un satélite de Washington.
    ¿La realidad? Prevost es lo opuesto a la derecha MAGA: dialogante, pastoral y enemigo del nacionalismo religioso.

  2. Segundo round: ¿Aliado de Biden o del Tea Party?
    La Iglesia estadounidense está rota. La mitad adora a Trump y odia al Papa. La otra mitad cree que Jesús hubiera marchado con Black Lives Matter. Prevost tendrá que hacer malabares para:

    • Recuperar las donaciones millonarias que huyeron con Francisco.

    • Frenar a los obispos que ya coquetean con la extrema derecha.

  3. Tercer round: ¿El Papa que entiende la migración?
    Ningún otro papa moderno ha vivido 40 años entre migrantes reales, con nombre y apellido. No solo ha leído informes de ACNUR: los ha confesado, casado y enterrado.
    León XIV será pro-migrante. Pero también sabe que la compasión es mal negocio electoral en Europa y Estados Unidos.


Guerras y política internacional: ¿Diplomacia o realpolitik?

Rusia vs Ucrania
El Vaticano bajo Francisco fue criticado por ser “equidistante”. Prevost tiene una carta oculta: su nacionalidad le da acceso a Washington y Bruselas que Francisco nunca tuvo. Puede ser el Papa que hable en serio con la OTAN… o al menos con los que jalan los hilos.

Israel vs Palestina
Difícil. Muy difícil.
Los católicos palestinos esperarán una voz fuerte contra la ocupación israelí. Pero el lobby evangélico y el establishment gringo quieren silencio o apoyo a Netanyahu.
Prevost caminará en un campo minado donde cada sermón puede ser un escándalo diplomático.


Extrema derecha global: El nuevo «anticristo» (según TIKTOK)

La ultraderecha ya le tiene el ojo puesto. Si sigue los pasos de Francisco:

  • Será acusado de «globalista».

  • De «progresista woke».

  • Y de querer convertir el Vaticano en una sucursal de la ONU.

Si gira hacia el conservadurismo:

  • Perderá a los católicos jóvenes.

  • Y convertirá a la Iglesia en un club geriátrico con rosarios y armas semiautomáticas.

Spoiler: León XIV no quiere ser mártir de Twitter, pero tampoco va a rendirse a Steve Bannon y compañía.


La verdadera batalla: mantener a flote un barco que hace agua por todos lados

Más allá de la política internacional, León XIV enfrenta desafíos internos brutales:

  • Los escándalos de abuso sexual no han desaparecido.

  • Las finanzas vaticanas están al borde del colapso.

  • Los fieles en Europa y EE.UU. abandonan la Iglesia en estampida.

  • Y en América Latina, donde alguna vez fueron reyes absolutos, los evangélicos y el ateísmo están ganando terreno.

La gran pregunta: ¿Puede un Papa que desayunaba con curas peruanos y que nunca dio entrevistas salvar a la Iglesia en la era de TikTok, el nihilismo y la ultraderecha?
Respuesta breve: Difícil. Pero si alguien puede intentarlo sin perder la calma (y la fe), es Robert Prevost.