Los Critters se comieron a mi vecina y creo que se lo merecía

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De entre todo el ejército de niñeras paranoicas y extrañas, con las que mis padres gustaban de abandonarme en mi infancia, quizá una de mis favoritas era Montserrat, una increíblemente guapa ex estrella juvenil del pop a inicios de los años 80 que nunca llegó a serlo realmente, era el tipo de persona que te mantenía fascinado sin tener que decir mucho y en alguna otra historia podría contar por que. 

Sus días de gloria había sido apenas un episodio de una única canción que logró sonar en una estación de radio de la ciudad de México antes de desaparecer el el limbo de los one hit wonders, pero con todo y sus delirios de diva ella me resultaba tremendamente interesante y divertida. 

Su departamento estaba lleno de recuerdos de esa vida que jamás fue. Ropa llamativa y reveladora, de esa que un chamaquito de 10 años no debería estar revisando, vinilos autografiados (por ella misma, claro y alguno que otro don nadie ) y un sinfín de objetos raros que parecían sacados de un museo bizarro o de esa tienda en la que el chinito aquel tenía la jaulita de donde saldrían los gremlins.

Una de esas noches en que me dejaron a su cuidado, decidida a mantenerme quieto y no destruir su colección de recuerdos, puso una película de entre su librero lleno de vhs de terror:  “Critters”  escrito con plumón rojo.- “Esta película te va a gustar. Tiene  peluches… que matan gente,” dijo mientras encendía la videocasetera. La pantalla parpadeó y allí estaban, los pequeños monstruos peludos, comiendo, destruyendo todo a su paso. Yo estaba enajenado y confundido entre las ganas de hacerme pipí de la risa o del miedo, pero de repente, en medio de la escena más tensa de la película, se escuchó un ruido extraño. Una especie de gemido prolongado, seguido de un estruendoso golpeteo rítmico y repetitivo contra las paredes de aquel departamento.

Era su vecina, esa señora que, a pesar de la delgadez de las paredes y saberse escuchada por la cuadra entera, jamás se callaba, ni cuando hablaba ni cuando… bueno, hacía lo que claramente estaba haciendo victima del remolino de la lujuria. Los ruidos de su «actividad» se intensificaban, cada vez más altos, como si la cama fuera parte de la banda sonora de una película de acción, o debería decir: demolición .

 

«¿Qué es eso?», le pregunté, aún ingenuo pero con toda la malicia de un  niño precoz y morboso que más bien quería una respuesta interesante, que la explicación de una 20 añera apenada.

Montserrat, sin perder la calma, ni despegar los ojos de la pantalla,le dio un trago a su refresco y dijo después con una sonrisa: «Mejor no preguntes, chance y los Critters están con la vecina  también y en una de esas se la están comiendo.» subió el volumen y finge no darse cuenta que la respuesta si me dio miedo y que me le acurruque un poco mas en el costado incomodo por que eso pudiera ser cierto..

El resto de la noche pasó entre los ruidos cada vez más salvajes de su vecina y las escenas de los Critters devorando gente feliz en una granjita gringa. Pero cada vez que el golpeteo se volvía ensordecedor, mi niñera simplemente señalaba la pantalla y decía algo como: «¿Ves? Están atacando. Eso le pasa a la gente que no cierra la puerta.»

No se si lo necesitaba pero que bueno es verlo.

Si alguna vez te preguntaste cómo sería si tu país se llenara de pequeñas criaturas destructivas que solo quieren devorar todo a su paso, la respuesta está en Critters. La joya ochentera de serie B que nadie pidió pero que, francamente, todos necesitamos ver hoy. Porque, sí, querido lector, vivir en un lugar plagado de Critters es una realidad mucho más cercana de lo que parece, especialmente cuando ves lo que está pasando en tu propia calle.

¿ Critters realmente es una critica social a un mundo en decadencia postmoderno y un méxico destruido por amlo?

No, pero este es el momento en que Critters cobra una importancia casi documental. Porque, ¿qué son estos alienígenas, si no una metáfora de aquellos que, cada día, se comen nuestras esperanzas y sueños? Las escenas donde los Critters atacan sin piedad bien podrían ser grabaciones de cualquier noticiero nacional, con pequeñas esferas peludas lanzándose sobre todo lo que amamos: nuestros barrios, nuestras ciudades, nuestras billeteras.

Pero aquí está el dato interesante: cuando se estrenó en los ochenta, Critters fue vista como una comedia de horror ligera. Hoy, su sátira social brilla aún más fuerte. Devorar lo que está a tu alrededor no es solo cosa de alienígenas, es cosa de la vida moderna. Y si no te parece evidente, solo tienes que mirar las noticias.

Un pequeño dato curioso: Critters fue una de las primeras películas en las que trabajó un jovencísimo Leonardo DiCaprio. ( aun que lo hizo en la 3era parte de la saga) Así que, si te decides por una maratón, estarás viendo los inicios de uno de los actores más icónicos de hoy… mientras unas bolas alienígenas devoran su camino hacia tu corazón.

Por supuesto, Critters no iba a parar con una sola película. No, estos pequeños monstruos engendraron una franquicia de varias secuelas, cada una más absurda que la anterior. Y de alguna manera, siempre logran ser la representación perfecta de cómo, en algunos países, el caos parece reproducirse solo.

¿Una bola de pelos en la garganta no es suficiente? Aquí tienes más.

Si Critters te dejó queriendo más destrucción y caos a pequeña escala, entonces deberías darle una oportunidad a Ghoulies o Troll. Ambas son sagas de bichos feos y desagradables que toman la misma fórmula: «entra algo inesperado, destruye todo lo que puede, y lo hace de una manera increíblemente divertida.» Sin embargo, si lo tuyo es ver un país devorado desde dentro, entonces podrías probar con la saga de The Purge—aunque la ficción, en ese caso, tal vez se queda corta en comparación con la vida real.

INFORMACIÓN TRIVIAL PARA COLECCIONISTAS DE DATOS Y ROBOTS: 

  • Título: Critters
  • Director: Stephen Herek
  • Productores: Rupert Harvey
  • Guionistas: Stephen Herek, Domonic Muir
  • Director de fotografía: Tim Suhrstedt
  • Año de lanzamiento: 1986
  • Música: David Newman
  • Género: Ciencia ficción, Horror, Comedia
  • Duración: 86 minutos
  • País de origen: Estados Unidos

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