Lapiztola: El colectivo que dispara arte y conciencia desde Oaxaca hasta el mundo

En una esquina de Oaxaca, donde las protestas magisteriales del 2006 reescribieron la historia, nació Lapiztola. Este colectivo, formado por Rosario Martínez, Roberto Vega y Alejandro Alfonso Luis Ramírez, tomó la agitación social como lienzo y transformó las calles en galerías vivas. Su nombre, una amalgama entre «lápiz» y «pistola», refleja el arma creativa con la que han pintado su trayectoria: gráfica contundente y arte urbano con un propósito claro. Más de dos décadas después, su obra sigue apuntando al corazón de temas urgentes, como la migración, la violencia de género y la resistencia cultural.

Ahora, hasta agosto del 2025, el Museo Universitario del Chopo alberga una de sus intervenciones más significativas dentro del ciclo Efímero/Permanente. En el jardín del museo, Lapiztola presenta una secuencia visual que explora el tránsito migratorio: un camino donde los personajes sugieren lo que queda fuera de cuadro, invitándonos a imaginar historias que podrían ser las nuestras. El mural culmina con una niña que protege la luz de una vela, un ave cruzando su trayecto como símbolo de libertad. Es un relato visual que mezcla lo político con lo poético, un recordatorio de que los muros también pueden ser ventanas hacia la esperanza.

De Oaxaca al mundo

 

Lapiztola no solo ha dejado su huella en México. Su trabajo ha viajado desde el Mission Cultural Center en San Francisco hasta la Bienal de La Habana, pasando por Londres, Barcelona y Río de Janeiro. En cada pieza, el colectivo combina la iconografía mexicana con elementos urbanos contemporáneos, construyendo personajes que interpelan al espectador. Cada obra es un disparo de color que desentierra emociones y plantea preguntas incómodas sobre la realidad que compartimos.

El colectivo se mueve con la misma fluidez entre el esténcil, la serigrafía y la gráfica digital que entre los espacios públicos y las galerías. Ya sea en un callejón de Oaxaca o en un museo internacional, su arte busca detonar reflexiones colectivas, como balazos de conciencia que atraviesan fronteras.

El Chopo: Un escenario para la reflexión urbana

 

El Chopo, con su espíritu transgresor y su misión de dinamizar el espacio público, es el marco perfecto para el mensaje de Lapiztola. Este «centro social travestido de museo», como lo describe su curadora Karol Wolley R., se transforma en un portal para reflexionar sobre el tránsito, la resistencia y las búsquedas de libertad. La obra del colectivo no solo embellece el jardín; lo convierte en un espacio de cuestionamiento, un punto de encuentro entre lo cotidiano y lo sublime.

Si buscas inspiración o simplemente deseas perderte en un «camino» de imaginación y activismo, date una vuelta por el Museo Universitario del Chopo antes de agosto del 2025. Lapiztola no solo dispara arte; dispara verdades que merecen ser escuchadas.