El Momento que Nadie Quería que Llegara

El año 2025 quedará marcado en los libros de historia como el año en que el «Respeto, Lealtad y Entrega» caminaron por última vez hacia un cuadrilátero. John Cena, el hombre que fue la cara de la WWE durante dos décadas, decidió poner fin a su carrera con una gira de retiro que recorrió el mundo. Pero toda historia necesita un capítulo final, y ese capítulo tuvo un nombre propio: Gunther.

El escenario no podía ser más imponente. Con miles de fanáticos gritando a todo pulmón, la atmósfera estaba cargada de una mezcla de tristeza y gratitud. Cena, con sus clásicos tenis y su gorra, no solo se enfrentaba a un rival, se enfrentaba al paso del tiempo. Frente a él estaba «El General del Ring», un hombre que representa la fuerza bruta y la disciplina técnica, el oponente perfecto para medir si la leyenda aún tenía una última gota de magia en el tanque.

El Choque de Dos Mundos

Desde que sonó la campana, quedó claro que no sería una pelea común. Gunther no mostró respeto por el pasado; sus famosos «machetazos» al pecho de Cena retumbaron en toda la arena, dejando marcas rojas que simbolizaban el cambio de guardia. Por su parte, Cena utilizó su experiencia, esa sabiduría que solo te dan miles de combates, para resistir y contraatacar.

El público estaba dividido. Por un lado, los niños que crecieron viendo a Cena ganar contra todo pronóstico gritaban «¡Let’s go Cena!». Por otro, los fans que admiran la seriedad de Gunther reconocían que estábamos ante el mejor luchador del momento. La pelea fue un sube y baja de emociones: cuando parecía que Cena aplicaría su famoso «Ajuste de Actitud» para ganar su campeonato número 17, Gunther respondía con una fuerza que parecía sobrehumana.

Más que un Título, un Legado

A medida que pasaban los minutos, el cansancio era evidente. Cena ya no se movía con la rapidez de hace diez años, pero su corazón seguía siendo el mismo. Hubo un momento en que ambos quedaron tendidos en la lona, y el estadio entero se puso de pie para corear: «¡Gracias, Cena!». Fue un instante de pura conexión humana que recordó por qué amamos este deporte.

La importancia de esta última pelea contra Gunther no radicaba solo en quién ganaba el cinturón. Se trataba de cómo John Cena, incluso en su derrota o su victoria final, quería ayudar a que el futuro de la lucha libre fuera brillante. Al elegir a un rival tan duro como Gunther, Cena le dijo al mundo que el nivel de la WWE está en mejores manos que nunca. Fue un combate de resistencia física, pero sobre todo, de resistencia emocional.

El Adiós Definitivo

El cierre del combate fue frenético. Cena intentó sus movimientos finales uno tras otro, pero el poder físico de Gunther fue simplemente demasiado. En el clímax de la pelea, tras un intercambio de golpes que dejó a todos sin aliento, el destino se selló. Sin embargo, lo más importante ocurrió después de la cuenta de tres.

Gunther, un hombre que rara vez muestra sentimientos, se quedó en el ring y, en un gesto que sorprendió a todos, le tendió la mano a Cena. Fue el reconocimiento del presente hacia el pasado. John Cena se quedó solo en el ring por última vez. Se quitó las muñequeras, las dejó en el centro de la lona y, con lágrimas en los ojos, saludó a las cuatro esquinas del estadio.

El hombre del «Never Give Up» finalmente se rindió ante el tiempo, pero se fue como lo que siempre fue: un campeón del pueblo. Esta pelea no fue solo un evento deportivo; fue la despedida de un superhéroe de carne y hueso que enseñó a varias generaciones a nunca rendirse.


Te comparto los últimos minutos de John en el ring: