BELICONAS, BRANDING PARA DEALERS DE SABOR TUMBADO.

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En esta profesión hay clientes que llegan con PowerPoints de 98 slides y cero alma. Y luego están los otros. Los que huelen a pólvora digamos creativa por no asustar al lector y peligro legal. Así fue Beliconas. Desde el primer contacto supimos que no eran una startup común. El briefing llegó desde una cuenta encriptada. Nos citaron en un punto secreto. No revelaron sus nombres. Y no, no es broma. Esto no era una junta de agencia, era un ritual.

Pero lejos de espantarnos, nos prendió. Porque lo que parecía un movimiento evasivo, en realidad era el inicio de una narrativa de marca. Una mística construida a punta de anonimato, voz grave y frases crípticas. Querían crear una bebida que se pidiera como si estuvieras contactando al dealer del barrio… pero con diseño bonito y pasarela de pago segura.

Un diseño de marca creado por Hiram Espinoza que toma como base la iconografía del forajido: ese antihéroe mítico de la cultura popular mexicana, mitad leyenda, mitad amenaza, siempre al margen de la ley y del buen gusto.

El brief: pecado embotellado

Lo que pedían era simple. Y justamente por eso, brutalmente difícil. Querían que el sitio de Beliconas fuera como enviarle un mensaje al vato que vende joyitas líquidas detrás del antro. Que se sintiera ilegal sin serlo. Que te hiciera sudar un poquito, pero que también aceptara tarjeta.

Y nosotros, que ya teníamos años diseñando para marcas que creen que “edgy” es poner una gotita negra en su logo rosa pastel, dijimos: por fin alguien con huevos.

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Nuestra respuesta: contrabando digital

Creamos la infraestructura del delito perfecto (legal, claro): un sitio web que parecía más un after clandestino que una tienda de bebidas. Una experiencia de compra diseñada para sentirse como un secreto bien guardado. Con referencias al corrido tumbado, al culto al piquete, y a la belleza tropical de lo que no está permitido.

La estética: cartel mezclado con Tumblr, con tipografías que no sabes si son de un disco de Natanael Cano o del diario íntimo de una chola digital.

Y como toda buena operación tiene un cerebro, nos aliamos con el talentazo de Hiram Espinoza ( @darkolettering ), que no solo es diseñador, sino que además fue el contacto directo con estos personajes que parecen salidos de un universo paralelo entre Bad Bunny y Los Tucanes de Tijuana.