El mejor del mundo… pero con el peso del mundo encima

Shohei Ohtani lo ha hecho otra vez. Luego de una temporada espectacular en 2024, donde se consagró como el MVP de la Liga Nacional en su primer año con Los Angeles Dodgers, la presión sobre sus hombros no ha hecho más que aumentar.

Ahora, en 2025, la expectativa no es solo que siga siendo el mejor, sino que supere lo que ya ha logrado. Con su regreso al montículo después de la cirugía Tommy John y un equipo que apunta a la Serie Mundial, Ohtani enfrenta una temporada donde cada actuación suya será analizada al milímetro.

El fenómeno que no puede fallar

Desde su llegada a la MLB en 2018, Ohtani ha sido una rareza en el béisbol moderno: un jugador bidireccional capaz de lanzar como un as y batear como un slugger de élite. En 2024, pese a no poder lanzar, dominó la caja de bateo con una temporada de MVP, pero ahora, con su regreso a la lomita, la exigencia es doble.

Los Dodgers hicieron una inversión histórica en él, firmándolo por $700 millones. Esa cifra, aunque distribuida a lo largo de los años con pagos diferidos, no deja de ser una de las mayores apuestas en la historia del deporte. Y con tanto dinero en juego, la presión de rendir al máximo nivel es gigantesca.

Un gigante del marketing

Ohtani no es solo la cara del béisbol dentro del campo, sino también fuera de él. Su llegada a los Dodgers impulsó la venta de jerseys a niveles récord y atrajo patrocinadores millonarios. Empresas como Nike, Seiko, Boss y New Balance han apostado fuerte por él, convirtiéndolo en un ícono global.

En Japón, sus juegos son eventos nacionales. La audiencia televisiva en su país natal se dispara cada vez que pisa el terreno de juego, y su impacto en la internacionalización de la MLB es innegable. Sin embargo, este nivel de exposición también significa que cualquier tropiezo será amplificado.

Si su rendimiento no es el esperado, el golpe mediático y comercial podría ser significativo. En este 2025, no solo juega por títulos, sino también por su legado y el impacto de su imagen en el negocio del béisbol.

El enemigo silencioso: la salud

Si hay algo que puede frenar a Ohtani, no es la presión mediática ni sus rivales en el campo, sino su propio cuerpo. En 2018 y 2023 pasó por cirugías Tommy John, y aunque ha sabido reinventarse, el desgaste de ser un jugador bidireccional es un riesgo constante.

Para 2025, la gran pregunta es si podrá mantenerse saludable y rendir al mismo nivel en ambas facetas del juego. Los Dodgers han estructurado su rotación para darle descanso, pero con un contrato tan grande y las expectativas tan altas, las lesiones son su mayor enemigo.

El desafío de la perfección

El béisbol no es un deporte de garantías, y Ohtani lo sabe mejor que nadie. En 2025, la exigencia es total: debe liderar a los Dodgers en su intento por volver a la Serie Mundial y demostrar que sigue siendo el jugador más dominante del planeta.

Sin embargo, la pregunta es inevitable: ¿hasta cuándo podrá soportar este nivel de presión? Ohtani no es solo un atleta de élite, es un fenómeno que lleva el peso de toda una industria sobre sus hombros.

Este año podría definir su legado. Si logra mantenerse en la cima, consolidará su estatus como el mejor jugador de su generación. Pero si la presión o las lesiones lo afectan, las dudas sobre su futuro comenzarán a aparecer.

Lo único seguro es que todos los ojos estarán puestos en él.