Entre sudor, metro y sabiduría otaku

Era un miércoles cualquiera en la línea 2 del metro, ese momento incómodo en el que el vagón está tan lleno que tu dignidad viaja en otro tren. Pero ahí estaba ella. Enfundada en una sudadera con Killua estampado, mochila con pines de Gon y Kurapika, y una mirada de alguien que ha visto todas las guerras del anime… incluyendo la del fandom de Hunter x Hunter. Y sin que yo dijera nada, comenzó a hablar. Una especie de misionera del shonen que vino a abrirme los ojos con el poder del Nen. Esto es lo que aprendí de la mejor predicadora del metro: tres razones por las que tienes que ver Hunter x Hunter… aunque creas que ya eres demasiado viejo para el anime.

1. Porque Hunter x Hunter es un anime que te trollea con amor (y trauma)

Lo primero que te aclara una otaku de Hunter x Hunter es que este no es otro anime con combates tipo “yo grito más fuerte, entonces gano”. No. Aquí el autor Yoshihiro Togashi construyó un mundo donde cada poder tiene reglas estrictas, y si no las cumples, te mueres. Literal. Aquí los protagonistas no ganan porque son «el elegido», ganan porque piensan. O pierden. Y luego lloras.

Togashi, creador también de Yu Yu Hakusho, no teme romperte el corazón. ¿Querías una historia ligera de aventuras? Pues prepárate para un arco del hormiguero que se siente como leer 1984 con efectos especiales.

El ritmo te abraza como si fueras parte del grupo… y luego te deja tirado emocionalmente como examen sorpresa un lunes a las 7:00 a.m.

2. Porque Gon y Killua redefinen la palabra “amistad” (y el trauma compartido)

“Es que la relación de Gon y Killua es arte”, decía ella, con la mirada perdida en el infinito, como si acabara de sobrevivir a un episodio emocionalmente devastador (que sí, probablemente acababa de ver el arco de las Hormigas Quimera en el celular). Y tenía razón.

Gon Freecss, el típico niño hiperactivo con daddy issues, y Killua Zoldyck, asesino profesional retirado a los 12 años, forman una dupla tan extrañamente conmovedora como intensa. Hunter x Hunter te enseña que la amistad no siempre es curita emocional: a veces es gasolina en una fogata de traumas. Pero de las buenas.

La evolución de ambos no es lineal ni complaciente. A Gon lo vas a ver romperse, literalmente. Y a Killua lo vas a querer adoptar y llevarlo a terapia.

3. Porque el autor es un genio… que desaparece como mago en fiesta infantil

El hiatus de Hunter x Hunter es casi tan famoso como el propio anime. Desde 2006, Togashi ha hecho pausas más largas que las de tu tía cuando empieza la dieta. ¿La razón? Dolencias crónicas, perfeccionismo enfermizo y probablemente una adicción a Dragon Quest.

Pero eso también ha creado una mitología alrededor del autor. Cada nuevo capítulo es recibido como si fuera una nueva Biblia. ¿Y sabes qué? Vale la pena. Cuando regresa, cada viñeta es una clase de storytelling. Hay diálogos que parecen sacados de un tratado de filosofía política. Otros, de un manual de cómo joder emocionalmente al lector.

Además, el anime de 2011 (el bueno, sí, el bueno, no el de 1999 aunque también tiene su encanto vintage) fue producido por Madhouse, así que la animación es de nivel Dios bajó y dibujó él mismo con plumones Prismacolor.

De otakus en el metro, aprendemos todos

Esa mañana aprendí más de Hunter x Hunter que en todo TikTok. Y también aprendí que los fans del anime no solo son intensos: son guías espirituales de la cultura pop, guardianes del trauma narrativo, y predicadores del poder de la construcción de mundos.

Así que si te quedaste con la idea de que Hunter x Hunter era solo otro anime de “niños que pelean por sus sueños”, estás tan perdido como Leorio en un examen de Nen. Ponte el uniforme, abre Crunchyroll, y prepárate para una historia que te va a patear el alma… con amor.