Si fuiste ese niño (o adolescente, o adulto) que soñó con recibir su carta de Hogwarts, recorrer los pasillos del castillo, lanzar hechizos y volar en escoba, este juego fue hecho para ti. Hogwarts Legacy no solo nos entrega una experiencia visualmente hermosa y detallada, sino que lo hace dándonos el protagonismo total. Pero… ¿cumple con lo que promete? ¿Es tan mágico como lo esperábamos? Y lo más importante: ¿respeta lo que amamos del mundo mágico?
Bienvenido a 1890: Hogwarts, pero como nunca lo habías vivido
Una de las decisiones más brillantes del juego fue ubicarlo en el siglo XIX, mucho antes de que el “niño que vivió” llegara al castillo. Eso significa libertad creativa total: los pasillos de Hogwarts son los mismos, pero ahora están llenos de secretos inéditos, personajes completamente nuevos y una historia mágica propia. No hay Dumbledore, ni Snape, ni Voldemort… y aun así, la esencia está intacta.
Explorar el castillo sin depender del canon es refrescante. No sientes que estás imitando una historia ya contada: la estás creando tú.

¿Es fiel a las películas y los libros?
Definitivamente sí. Aunque el juego no tiene los mismos protagonistas, los detalles lo conectan de forma sutil y elegante con el mundo que conocemos. Las casas, las aulas, los hechizos, las criaturas… todo está ahí, respetando el universo mágico con un cuidado que solo los verdaderos fans logran apreciar.
Incluso los ambientes son tan similares a las películas que caminar por los pasillos se siente como volver a verlas, pero desde dentro.
Tú eres el protagonista: el mago que elige su propio destino
En Hogwarts Legacy tú decides quién eres: eliges tu casa, tu varita, tus habilidades y el camino que seguirás. Puedes convertirte en un mago respetado o dejarte llevar por la magia oscura. No hay decisiones impuestas. Eres libre.
Además, comienzas en quinto año, con un misterio que resolver sobre una antigua forma de magia olvidada. Esa narrativa original le da peso al juego, sin tener que depender de lo que ya conocemos.

Un mundo abierto que sí se siente mágico
Este no es un simple castillo. Aquí puedes volar en escoba, visitar Hogsmeade, criar criaturas mágicas, preparar pociones, combatir trolls y descubrir secretos escondidos en cada esquina. Incluso el clima cambia con las estaciones, lo que hace que el castillo se sienta vivo.
Cada detalle fue diseñado para que la experiencia sea envolvente, y eso se nota desde el primer minuto hasta el último.

La banda sonora y el sonido de la nostalgia
La música es otro de los grandes aciertos. Aunque no se usaron los temas originales, el estilo orquestal sigue la misma línea mágica, combinando lo épico con lo melancólico. Te acompaña en cada combate, descubrimiento y vuelo sobre el bosque prohibido.
Y aunque la ambientación es increíble, hay que decirlo: el sonido no es tan envolvente como en recintos cerrados o juegos más recientes, pero aun así cumple y genera la atmósfera necesaria para perderte en este mundo.
Éxito comercial… y con sentido
El juego fue un fenómeno en ventas, pero no solo por el nombre de Harry Potter. Fue por la calidad del contenido, por el amor al detalle, por esa sensación de estar viviendo tu propia película. Los jugadores no solo compraron nostalgia, compraron una experiencia. Y eso vale más que cualquier hechizo.
¿Vale la pena jugarlo?
Sí. Porque no es solo un homenaje al universo de Hogwarts: es una carta de amor al fan que siempre soñó con recibir su carta. No necesitas conocer todo sobre el mundo mágico para disfrutarlo, pero si lo conoces, cada rincón es un guiño especial.
Es más que un videojuego. Es un boleto de entrada a un universo que ahora puedes recorrer como nunca antes. Sin seguir a Harry. Siendo tú.

Échale un vistazo al trailer de este hechizante y mágico videojuego:
Conoce un poco más del autor:
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