Si creías que Karla Panini era la final boss de las rompehogares mexicanas, si pensabas que no podía existir un ser humano más odiado que la güera de Las Lavanderas, pues agárrate, porque el Internet despertó hoy con ganas de quemar en leña verde a Florinda Meza. Sí, la misma que le hacía de Doña Florinda y que nos traumaba con sus tubos y sus cachetadas al pobre Don Ramón, hoy es el nuevo blanco de la cancelación colectiva.
LA SERIE QUE DESTAPÓ LA CAJA DE PANDORA
Resulta que la serie biográfica de Chespirito apenas va en sus primeros capítulos y ya logró algo que ni el SAT: unir al pueblo mexicano en odio puro. ¿Por qué? Porque aunque la serie la retrata con respeto y un toque de mojigatería que ni Televisa en los noventa, la gente desempolvó los archivos del horror. Y sí, salieron a relucir todas esas entrevistas donde la señora Meza demuestra que era más temible que Doña Clotilde, La Bruja del 71.
“TUS HIJOS ERAN UN DEFECTO”: FLORENDA MESA EN MODO VILLANA DE TELENOVELA
Porque no hay nada más fuerte que escuchar a la viuda de Chespirito declarar, con la naturalidad de quien pide un café descafeinado, que los hijos del comediante eran un defecto. Así. Tal cual. Sin azúcar y sin anestesia. ¿Qué clase de ser humano dice eso de los hijos de su marido muerto? Ni la Maléfica original se atrevió a tanto. La frase suena tan fea que hasta la Tigresa del Oriente la estaría cancelando en su canal de YouTube.
DINERO, PODER Y MÁS DINERO
Pero la cosa no para ahí. Porque no olvidemos que esta señora, además de cachetear a Don Ramón en la vecindad y en la vida real (metafóricamente hablando… o no), también fue la razón por la que la serie biográfica de Chespirito nunca vio la luz en vida. Según fuentes –o sea, el Internet entero– Florinda Meza no permitió que se hiciera la serie mientras vivía Roberto Gómez Bolaños, porque no le tocaba suficiente lana. Así, sin disimulo. Ni una lágrima por el legado artístico, solo billetes.
FLORINDA MESA: LA VILLANA QUE MERECEMOS (PERO NO NECESITAMOS)
El odio es tan fuerte que ya hay memes comparándola con Karla Panini, pero siendo sinceros, Panini mínimo no golpeaba gente en cámara nacional cada domingo. Aquí hablamos de una mujer que se dio el lujo de insultar a los hijos de su esposo muerto y después llorarle frente a los medios como si fuera Sor Juana. Internet no perdona y esta semana le tocó a ella. ¿La próxima? Probablemente Panini otra vez, porque el odio es un círculo que nunca acaba.
¿Por qué necesitamos un villano? Según Joseph Campbell
Joseph Campbell, el gran mitólogo detrás del famoso concepto de El viaje del héroe, explica que los villanos no son solo malvados random apareciendo para molestar al protagonista. En realidad, el villano es parte esencial de nuestro crecimiento como personas y como sociedad.
En El héroe de las mil caras, Campbell afirma:
“El héroe es el campeón de las cosas que se convierten, no de las cosas que son; es el campeón de la vida, no del statu quo. Él es, por lo tanto, el enemigo de todas las tiranías, de todas las ideas fijas y de todas las creencias bloqueadas. El dragón que debe ser matado por el héroe es precisamente la herencia de esas ideas fijadas, las instituciones congeladas de nuestra vida.”
(Campbell, 1949, p. 337)
Traducción brutalmente real
Sin un villano –llámese dragón, bruja, madrastra, político corrupto, empresa contaminadora, o Florinda Meza– el héroe no tiene nada que romper ni transformar. El villano es la representación de ese sistema podrido, de esas ideas rancias y fosilizadas que nos mantienen atorados. Sin un villano, no hay nada que vencer, no hay cambio, no hay historia. Así de simple.
David Mamet y la importancia del villano
Para Mamet, un buen villano no es un accesorio dramático, es el motor de la historia. En su libro Three Uses of the Knife: On the Nature and Purpose of Drama, Mamet lo explica así:
“We do not go to the theatre to see the hero’s moral triumph. We go to see the hero and the villain contesting the moral question.”
(Mamet, 1998, p. 38)
Traducción a palabras suaves.
“No vamos al teatro para ver al héroe ganar con su moral intacta. Vamos para ver al héroe y al villano peleándose por el dilema moral.”
Para Mamet, la existencia del villano es la que pone en juego la pregunta dramática. Es decir, sin un antagonista real que encarne la oposición, no hay tensión, no hay confrontación, no hay razón para que el héroe cambie o siquiera exista en la historia. El villano es quien lanza el reto, quien empuja al héroe a la acción, quien lo define. Es el ácido que revela la verdadera imagen en el negativo fotográfico.