“Elio” llegó como una promesa: una historia distinta, con ciencia ficción, corazón y ese toque humano que Pixar sabe manejar. Y sí, cumple en varios niveles. Pero también dejó un aire de déjà vu. ¿Estamos ante una nueva joya del estudio… o es solo otro reciclaje emocional con forma bonita?
La historia sigue a Elio, un niño sensible, tímido y solitario que accidentalmente se convierte en el embajador de la Tierra ante una comunidad intergaláctica. Con eso ya tienes los ingredientes clásicos de Pixar: vulnerabilidad, mundos increíbles y una aventura emocional. Pero en 2025, eso ya no es suficiente para sorprendernos.
Un corazón gigante… que ya habíamos visto
Uno de los aciertos más fuertes de “Elio” es su protagonista. No es el típico niño valiente, ni el genio accidental. Es alguien que representa a muchxs: niños con ansiedad, que se sienten fuera de lugar, que quieren pertenecer. Esa parte conecta. Y duele. En eso, Pixar sigue siendo maestro.
El problema viene cuando miras alrededor. La estética espacial, aunque bella, se siente familiar. Las emociones, aunque profundas, siguen un camino que ya hemos recorrido. Y aunque el tono tierno nunca molesta, sí deja una duda: ¿realmente estamos viendo algo nuevo o simplemente lo mismo con otro color?

Un debut que no despegó (al menos en taquilla)
Aunque muchas personas salieron del cine diciendo “sí me hizo llorar”, lo cierto es que “Elio” tuvo uno de los estrenos más flojos en taquilla para Pixar. Pero eso no significa que sea mala. A veces el público está saturado, o simplemente no quiere apostar por historias originales si no hay una secuela, un nombre conocido o un meme viral detrás.
Lo curioso es que esto le ha pasado a Pixar más de una vez en los últimos años. Películas como “Lightyear”, “Onward” o “Elemental” empezaron débiles y luego ganaron cariño del público con el tiempo. Quizá Elio también encuentre su lugar así: lento, pero sincero.

¿Original o reciclada?
La gran pregunta. “Elio” no es una mala película. De hecho, emociona más que muchas otras películas animadas actuales. Pero sí deja la sensación de que Pixar sigue apostando por fórmulas que ya funcionaron antes: niño con trauma emocional, viaje inesperado, aprendizaje profundo, lágrimas, cierre esperanzador.
Cuando el diseño visual no basta
Uno de los puntos más aplaudidos de “Elio” es su dirección artística. El universo galáctico tiene detalles encantadores, los personajes alienígenas son creativos y hay escenas visualmente poderosas. Pero eso no alcanza si la historia no arriesga del todo.
A veces parece que la película se queda a medio camino: no es comedia, pero tampoco es puro drama; no es una aventura épica, pero tampoco se enfoca solo en lo emocional. Eso hace que, aunque disfrutable, no deje huella como “Coco”, “Soul” o “Inside Out”.

¿Qué sigue para Pixar?
“Elio” deja claro que Pixar quiere volver a contar historias humanas. Sin multiversos, sin viajes temporales, sin nostalgia. Solo personajes reales, con emociones honestas, enfrentando dilemas grandes desde su pequeñez.
Eso es valioso. Pero si Pixar quiere volver a ser sinónimo de innovación, tendrá que dar un paso más arriesgado: dejar de replicar su propia fórmula. Porque el público ya creció. Y ahora quiere que sus películas también lo hagan.
“Elio” no es una decepción, pero tampoco es una revolución. Es un recordatorio de que las buenas intenciones emocionales aún pueden conmover, pero también de que la sorpresa es un recurso que Pixar ya no puede seguir dando por hecho.
Quizá no sea la mejor película del estudio, pero sí un intento sincero de reconectar con lo que alguna vez los hizo únicos: hacer que un niño en pantalla nos recuerde que todos, en algún momento, solo queríamos que alguien nos entendiera. Aunque fuera desde otra galaxia.

Échale un vistazo al trailer de la nueva película de Pixar “Elio”:
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