Hay una nueva religión y su dios no vive en el cielo: vive en Seattle, se llama Jeff, Elon o Bill, y reparte bendiciones desde la nube… literal. Bienvenidos a la era del tecno-feudalismo, esa distopía disfrazada de startup en donde ya no hay reyes, pero sí plataformas que te dominan como si fueras un siervo con WiFi.

Bienvenidos a Feudalandia (versión beta)

Antes los señores feudales tenían castillos, lanzas y siervos que araban la tierra. Hoy tienen cloud servers, algoritmos, y ejércitos de usuarios felices que trabajan gratis generando contenido, datos, clics y reels. A eso, querido lector, se le llama modelo de negocio con propósito.

Pero no te preocupes, si el sistema te explota, también te va a ayudar… con filantropía. Porque el nuevo truco del capitalismo no es esconder la desigualdad, es vestirla con moño y glitter, ponerle nombre de fundación y subirle una story con filtro bonito.

¿Qué demonios es el tecno-feudalismo y por qué deberías temerlo?

El término lo popularizó el economista Yanis Varoufakis, quien básicamente dice que ya no vivimos en un mundo de libre mercado, sino en un feudo digital donde los amos no son reyes con espadas, sino CEOs con traje y sonrisa de TED Talk.

¿Y tú? Tú eres el campesino del siglo XXI: trabajas para alimentar a la máquina, produces contenido en TikTok, consumes lo que te dicen que consumas, y cuando pides salud o educación, aparece un cerdito filántropo en traje que te lanza migajas desde lo alto del metaverso.

Fundación Gates: el cerdito bien peinado que te da pastel después de robarte el horno

La Fundación Bill & Melinda Gates dona miles de millones al año para combatir la pobreza, el SIDA, la malaria, la ignorancia, y todo lo que las estructuras del capitalismo ya habían dejado podrido. ¡Gracias Bill! Pero hey, no olvidemos que este mismo sistema creó las condiciones para que Bill se volviera ultramillonario en primer lugar.

Filantropía sí, pero con retorno de inversión.
Donaciones sí, pero a cambio de influencia global.
Y todo, claro, sin votación, sin control público, sin democracia.

¿Y si la caridad es solo otra forma de dominio?

Mientras tú compartes frases de «el mundo necesita más personas como Bill», la Fundación Gates decide qué vacunas se priorizan, en qué países se invierte, y qué soluciones «innovadoras» valen la pena. No es ayuda: es gobernanza privada sin que nadie la haya elegido.

Como diría el meme: «no es caridad si lo haces con el dinero que evitas pagar en impuestos, bro.»

¿Podemos escapar del feudo digital?

Quizá. Pero primero hay que dejar de aplaudirle al cerdito con corbata.
La filantropía corporativa no es solución, es maquillaje de crisis estructural.
Los influencers con causa no son líderes sociales, son relaciones públicas con filtro sepia.
Y tú, que le das las gracias al sistema cada vez que “te dona”, deberías preguntarte:
¿qué pasaría si no necesitáramos donaciones porque el mundo fuera menos desigual desde el inicio?

TL;DR

  • Tecno-feudalismo = vivimos en plataformas que controlan tu vida como señores feudales del algoritmo.

  • Fundación Gates y otras = caridad con agenda.

  • La filantropía corporativa te hace sentir agradecido por el mismo sistema que te jodió.


¿Quieres combatir la desigualdad? Deja de compartir posts de fundaciones millonarias como si fueran ONGs revolucionarias.
Y si vas a aplaudirle al cerdito filántropo, al menos asegúrate de que te lance más que solo las migas.