México y Estados Unidos han tenido una relación de amor-odio desde siempre. Entre acuerdos comerciales, muros fronterizos y un narco que se pasea como Pedro por su casa en ambos lados de la línea, siempre ha existido esa pregunta latente en la mente de algunos: ¿qué pasaría si EE.UU. decidiera invadir México para erradicar el crimen organizado? Suena descabellado… pero también suena a una conversación que más de un senador ultraconservador ha tenido en privado con su equipo de seguridad nacional.

Así que, como buenos fans del caos y la especulación geopolítica, en Tigrepop nos pusimos a imaginar: ¿qué pasaría si un día el gobierno estadounidense se hartara de los cárteles y decidiera invadir México con toda su fuerza militar? ¿Cuánto tardarían? ¿Qué pasos seguirían? ¿Sería un éxito o el inicio de su propio Vietnam latinoamericano?

Spoiler alert: la respuesta es mucho más complicada de lo que crees.




Día 1-3: Preparando el terreno, justificando el desmadre

Todo empieza con el clásico manual de la invasión moderna: EE.UU. necesita una excusa. ¿La narrativa? Que los cárteles mexicanos son una amenaza a la seguridad nacional (algo que ya han dicho mil veces). Se inventa un «incidente» en la frontera, un atentado que justifique la intervención y ¡boom!, el Congreso aprueba la operación militar.

Mientras tanto, el Pentágono moviliza tropas a bases clave en Texas, California y Arizona. Los Marines, la Fuerza Aérea y las unidades especiales empiezan a calentar motores.




Día 4-6: Guerra electrónica y bombardeos estratégicos

No hay guerra sin apagón. El primer golpe lo dan los hackers del gobierno estadounidense, que destruyen las comunicaciones militares mexicanas y provocan un caos en la infraestructura digital. Al mismo tiempo, los F-35 bombardean instalaciones estratégicas: bases militares, radares, aeropuertos, refinerías de Pemex y hasta algunos puntos de comunicación civil.

En paralelo, las primeras tropas cruzan la frontera en Tamaulipas, Chihuahua, Sonora y Baja California. El control del norte es rápido, porque la diferencia de poderío militar es abismal.




Día 7-10: Avance sobre las principales ciudades

Las tropas estadounidenses comienzan a ocupar Monterrey, Guadalajara y la Ciudad de México. La resistencia del Ejército mexicano es heroica pero insuficiente. Mientras tanto, el gobierno mexicano entra en pánico y la élite política empieza a negociar.

Los primeros bloqueos civiles se organizan. Miles de personas protestan en la CDMX, mientras en estados como Guerrero, Michoacán y Sinaloa, los cárteles deciden que no van a ceder su territorio sin pelear. Aquí es donde la cosa se pone fea.




Día 11-15: El narco entra en escena y la invasión se complica

Si EE.UU. pensaba que el gobierno mexicano iba a ser su único problema, estaban muy equivocados. Los cárteles, que han operado durante años como ejércitos privados, ven la invasión como una amenaza a su negocio y comienzan a desplegar tácticas de guerrilla.

Emboscadas en carreteras, ataques con explosivos improvisados, francotiradores en zonas urbanas. La violencia escala, y de pronto, los soldados estadounidenses se dan cuenta de que están peleando en un territorio donde cada persona puede ser un enemigo.

A esto se suma la resistencia civil: jóvenes organizándose en células de protesta, sabotajes a la infraestructura ocupada, huelgas masivas.




Día 16-30: Guerra de guerrillas, desgaste y crisis política

Para este punto, EE.UU. tiene el control formal del gobierno mexicano, pero no del país. Se instaura un gobierno provisional bajo el control de Washington, pero la guerra de guerrillas hace que cada día sea un infierno.

Los cárteles se reorganizan en las montañas y selvas, mientras las protestas civiles siguen creciendo. La ONU condena la ocupación, los países de América Latina cortan relaciones con EE.UU., y dentro del propio territorio estadounidense, la población empieza a cuestionar por qué sus impuestos están pagando otra guerra sin fin.

A largo plazo, la resistencia mexicana solo crece. El gobierno de EE.UU. enfrenta una disyuntiva: retirarse y aceptar la derrota, o quedarse y convertir México en otro Afganistán.




¿Sería viable esta invasión?

Si algo nos enseña la historia, es que invadir un país es fácil, pero controlarlo es otra historia. EE.UU. tiene el poder militar para derrotar rápidamente a las fuerzas mexicanas, pero la resistencia civil y del crimen organizado haría que la ocupación se convierta en una pesadilla prolongada.

Pros de la invasión (según los halcones de guerra en Washington):
✔️ Desmantelamiento inicial de cárteles.
✔️ Control sobre la frontera y el tráfico de drogas.
✔️ Posible estabilización económica (aunque suena optimista).

Contras (según cualquiera con un poco de sentido común):
❌ Violación de la soberanía mexicana.
❌ Oposición total de la población y guerra de guerrillas.
❌ Costos económicos y políticos inmensos.
❌ Posible guerra prolongada sin solución clara.




Conclusión: Una idea estúpida (pero que a alguien se le podría ocurrir)

Aunque la intervención militar de EE.UU. en México parece un guion de Hollywood, no está tan lejos de los delirios de grandeza de ciertos sectores en Washington. Pero en la práctica, esta estrategia sería un desastre.

No importa cuán grande sea un ejército, pelear contra una población que no quiere ser controlada nunca ha sido una estrategia ganadora. México es un país con una historia de resistencia y una identidad fuerte. Cualquier intento de subyugarlo por la fuerza generaría un conflicto mucho más grande del que se intentaba evitar.

Así que la próxima vez que un político gringo diga que la solución a los cárteles es “enviar tropas”, solo hay que recordarle: pregúntale a los rusos qué tal les fue en Afganistán.

Referencias de consulta

  • Brands, H. W. (2019). Our First Civil War: Patriots and Loyalists in the American Revolution. Anchor Books.
  • Martínez, O. J. (2006). Border People: Life and Society in the U.S.–Mexico Borderlands. University of Arizona Press.
  • Grillo, I. (2021). Blood Gun Money: How America Arms Gangs and Cartels. Bloomsbury Publishing.
  • Meyer, M. C., Sherman, W. L., & Deeds, S. M. (2010). The Course of Mexican History (9th ed.). Oxford University Press.
  • Ruhl, M. J. (2020). «The Militarization of the War on Drugs: U.S. Policy and Latin American Resistance.» Latin American Politics and Society, 62(1), 1–25. https://doi.org/10.1017/lap.2020.1