La amabilidad digital también tiene precio

En un mundo donde la inteligencia artificial conversa con millones de personas cada día, la cortesía humana —como escribir “por favor” y “gracias”— puede parecer un gesto inocente. Sin embargo, recientes informes revelan que estos modales no son gratuitos: cada palabra innecesaria en una interacción con ChatGPT consume más energía, más poder computacional y, por lo tanto, más dinero.

OpenAI y otras compañías tecnológicas enfrentan un dilema curioso: ¿cómo equilibrar el uso masivo de sus herramientas con los costos que generan incluso las palabras más amables?

¿Cómo puede costar decir “gracias”?

Para entenderlo, hay que pensar en cómo funciona un modelo de lenguaje como ChatGPT. Cada vez que escribes algo, el sistema debe procesar tu mensaje, interpretarlo y generar una respuesta adecuada. Mientras más largo y complejo es tu mensaje, más capacidad computacional necesita. Y esa capacidad no es barata.

Según expertos del MIT y de universidades tecnológicas, cada token (unidad de texto) que procesa una IA tiene un costo en infraestructura, servidores, enfriamiento y energía. Un simple “gracias” al final de cada conversación no cambia el mundo, pero cuando millones de usuarios lo escriben, el impacto se acumula rápidamente.

Millones en cortesía

Un informe interno estimó que, en plataformas como ChatGPT, palabras innecesarias —aunque bien intencionadas— pueden representar hasta 10 millones de dólares anuales en costos operativos adicionales. Esto incluye electricidad, desgaste de hardware, tiempo de respuesta, y mantenimiento de servidores en centros de datos alrededor del mundo.

Un portavoz de OpenAI comentó off-the-record:

“Nos encanta que los usuarios sean educados, pero no podemos negar que hay un costo detrás de cada palabra que se procesa.”

¿Estamos educando a una IA o solo gastando recursos?

Este fenómeno plantea una cuestión filosófica: ¿vale la pena enseñar buenos modales a las máquinas si eso impacta el medio ambiente y los costos de operación? Algunos usuarios argumentan que decir “gracias” es un reflejo de cómo queremos que la IA interactúe con nosotros. Es parte de mantener la humanidad en la tecnología.

Por otro lado, los ingenieros sugieren que ser conciso ayuda a que los sistemas sean más sostenibles, rápidos y accesibles para todos.

El impacto ecológico de ser amable

Más allá del dinero, cada interacción con ChatGPT tiene una huella de carbono. Se estima que una conversación promedio genera emisiones comparables a cargar un smartphone. Multiplicado por miles de millones de chats, el costo ambiental también es preocupante.

Los gigantes tecnológicos están invirtiendo en servidores más eficientes y energía renovable, pero el volumen sigue creciendo. Y sí, incluso las palabras de cortesía influyen.

¿Qué deberíamos hacer como usuarios?

No se trata de dejar de ser educados, sino de entender que la eficiencia importa. Aquí van algunas recomendaciones:

  • Sé claro y conciso.

  • Evita repetir saludos o cortesías innecesarias.

  • Si quieres agradecer, hazlo de manera breve o al final.

  • Usa los comandos directos si estás automatizando tareas.

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Fuentes del artículo

Forbes – AI Efficiency and Optimization