Si alguna vez te has sentido como un pez dorado con déficit de atención después de una maratón de TikToks de 15 segundos, felicidades: es probable que estés sufriendo de «brain rot». Este término, que suena como una enfermedad sacada de un videojuego postapocalíptico, es la forma cool de decir que tu cerebro se está derritiendo por culpa del contenido digital basura. Y no, no es exageración, es ciencia
Cuando Oxford lo dice, es oficial
La Universidad de Oxford seleccionó «brain rot» como su palabra del año en 2024, definiéndola como «el supuesto deterioro del estado mental o intelectual de una persona, especialmente visto como resultado del consumo excesivo de material (ahora particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante» (Oxford University Press, 2024). En otras palabras, tu adicción a los videos de perritos bailando con música de Bad Bunny podría estar erosionando lentamente tu capacidad de pensar con claridad. ¡Felicidades, TikTok, lo lograste!

La neurociencia confirma lo que ya sospechábamos
Varios estudios han comenzado a poner el dedo en la llaga sobre cómo las redes sociales y el entretenimiento digital están afectando la salud cognitiva. Un artículo publicado en Frontiers in Human Neuroscience encontró que la exposición constante a videos cortos reduce la capacidad atencional de los usuarios, dificultando su concentración en tareas más complejas (Zhang et al., 2023). Básicamente, tu cerebro se está entrenando para saltar de estímulo en estímulo como un conejo hiperactivo, en lugar de enfocarse en una sola cosa por más de dos minutos.
Por si fuera poco, la neurociencia conductual nos advierte que el scroll infinito en redes sociales activa el sistema de recompensa del cerebro de la misma forma en que lo haría un casino de Las Vegas. Cada video, cada notificación, cada like es un mini hit de dopamina que te mantiene enganchado y disminuye tu capacidad de postergar la gratificación (Montag et al., 2021). Es decir, cada vez te costará más leer un libro sin sentir la necesidad de revisar Instagram cada cinco minutos. ¿Leíste hasta aquí sin distraerte? Felicidades, aún tienes neuronas funcionales.


Entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos mudamos al bosque?
Antes de que empieces a buscar terrenos en medio de la nada para construir tu cabaña sin Wi-Fi, aquí van algunas soluciones prácticas para evitar que tu cerebro se convierta en puré de memes:
-
Ponte límites digitales: Usa temporizadores para reducir el tiempo que pasas en redes sociales. Si Instagram y TikTok fueran una droga, ¿cuánto estarías consumiendo al día?
-
Haz detox de dopamina: Dedica momentos del día a hacer actividades sin pantalla. Leer, escribir, cocinar, jugar un instrumento. Lo que sea que no implique una pantalla te ayudará a recuperar el control sobre tu cerebro.
-
Socializa en la vida real: Hablar con humanos de carne y hueso sigue siendo una excelente forma de mantener la mente activa. ¿Recuerdas cómo era interactuar sin emojis?
-
Consume contenido desafiante: En vez de ver videos de gatos con música de fondo, intenta ver documentales, leer libros o aprender algo nuevo. Sí, suena aburrido, pero es como ir al gimnasio para tu cerebro.

El «brain rot» no es una condena definitiva, pero sí es un recordatorio de que el entretenimiento digital está diseñado para atraparnos y volvernos adictos. Si no ponemos límites, terminaremos con la capacidad de atención de un mosquito en plena rave. Así que la próxima vez que te encuentres en un doomscrolling de dos horas, recuerda: cada segundo que pasas viendo contenido basura, tu cerebro llora en silencio.
Fuentes:
-
Montag, C., Sindermann, C., & Elhai, J. D. (2021). «The compulsive use of digital devices: Neuroscientific insights into internet addiction.» Journal of Behavioral Addictions, 10(2), 233-244.
-
Oxford University Press. (2024). «Word of the Year: Brain Rot.» Oxford Languages.
-
Zhang, Y., Wu, L., & Li, X. (2023). «Short-form video content and its impact on cognitive functions: A neuropsychological perspective.» Frontiers in Human Neuroscience, 17, 115-128.