Danna ha estado bajo los reflectores toda su vida. Para muchos, es imposible no recordarla como la niña prodigio que cantaba, actuaba y llenaba pantallas desde muy joven. Pero en 2024, decidió romper con esa narrativa. Con “Childstar”, no solo cambió su música: cambió su nombre, su imagen, su forma de expresarse. Y con ello, dejó atrás todo lo que la encasillaba en una versión de sí misma que ya no la representaba.

De estrella infantil a artista libre

La primera gran señal fue soltar el “Paola”. No por olvido, sino como símbolo. Esta nueva etapa muestra a una Danna consciente, madura, vulnerable y poderosa. “Childstar” es un álbum con una identidad clara: no busca agradar a todos, busca ser honesto. En él, Danna se aleja de las fórmulas pop fáciles y construye un universo donde se permite jugar, experimentar y sanar.

Música nacida de la introspección

El álbum es una consecuencia directa de un proceso personal profundo. La pandemia, la presión, el cansancio emocional y la necesidad de reencontrarse consigo misma la llevaron a escribir, producir y diseñar un disco que se siente como una catarsis. Cada canción es un reflejo de lo que vivió y lo que soltó. La oscuridad, la sensualidad, la nostalgia y el empoderamiento se cruzan en un mismo tracklist. Y nada suena igual a lo que había hecho antes.

Una historia que también se cuenta en pantalla

El lanzamiento del documental que acompaña esta era fue la pieza final para entender todo lo que representa “Childstar”. Más allá del álbum, Danna quiso compartir el proceso detrás. Se mostró sin maquillaje, sin filtros, hablando de lo que significó crecer siendo mirada, juzgada y moldeada por otros. El documental no es solo un complemento visual: es una conversación abierta con quienes han sentido que han tenido que interpretar un personaje para agradar.

Estética, sonido y control total

Musicalmente, Danna apostó por un sonido más electrónico, experimental y audaz. Nada suena a lo de siempre. Y eso es porque por primera vez tuvo control total sobre su obra. Desde las letras hasta los beats, pasando por el arte visual y los shows en vivo, “Childstar” fue construido con intención. No para impresionar, sino para liberar. Cada decisión estética tiene sentido, porque está alineada con una identidad emocional que por fin le pertenece.

Himnos de catarsis: las joyas de Childstar

Dentro del álbum, hay canciones que destacan no solo por su producción, sino por lo que revelan emocionalmente. “1Trago” abre el disco como una declaración de desahogo, directa y sin filtros. “XT4S1S” juega con la sensualidad y el poder personal desde un lugar de control propio. “Tenemos que hablar” baja las revoluciones pero sube la intensidad emocional, convirtiéndose en una de las más vulnerables. Y “Blackout” cierra con un aire cinematográfico que encapsula el viaje entero: confusión, rebeldía, y finalmente, claridad. Cada tema tiene un propósito, y en conjunto, el disco se siente como una conversación interna hecha música. No hay relleno: hay revelación.

Una versión más real de sí misma

Este no es solo un álbum más. Es un parteaguas en su carrera. Es una manera de decir “aquí estoy”, pero también “esto soy ahora”. Y esa honestidad conecta, sobre todo con una generación que también está aprendiendo a romper moldes, a sanar y a expresarse desde lugares más profundos. Danna no quiere volver a su pasado. Quiere redefinirlo. Y lo está haciendo en sus propios términos.

“Childstar” no es una ruptura con su infancia, es una conversación con ella. Una carta a esa Danna pequeña que siempre supo que podía más. Y ahora, por fin, lo está haciendo. Con arte, con emoción, con fuerza. No para agradar, sino para ser. Porque cuando una artista se encuentra, lo que crea deja de ser música para volverse declaración. Y Danna, sin duda, lo está declarando todo.


TENEMOS QUE HABLAR… Ve el video musical de la nueva era que lo cambió todo:


Conoce más del artista:


Conoce un poco más del autor:

https://www.instagram.com/alxs._.mapl?igsh=MXVtYjlmYm1pbWR6dA%3D%3D&utm_source=qr