Hay viajes que se hacen con un pasaporte, otros con un encendedor Bic y un buen par de audífonos. Esta es la historia de cómo en Tigrepop.tv descubrimos Secuencias, una banda instrumental argentina que se nos metió por las venas como un Negroni mal servido, y se quedó flotando ahí, suavecito, como si Rubén Rada le susurrara cosas a tu oído mientras Nafta le masajea los hombros a tu ansiedad.

El hallazgo fue accidental, como todo lo que realmente vale la pena. Estábamos en una tienda de discos en la calle de Uruguay —una de esas que huelen a humedad, incienso barato y secretos de los 70— cuando un viejo medio brujo, medio dealer cultural, nos dijo algo así como: “Prendan un porro con este EP y ya me cuentan.” El disco en cuestión era de Secuencias, y desde el primer track entendimos que esto no era jazz, ni funk, ni ambient: era la música de los que se pierden manejando sin rumbo, con un whisky con Coca escondido en un vaso de McDonald’s, deseando que el tráfico de la ciudad de México no se acabe nunca.

¿Qué demonios es Secuencias?

Son dos tipos de Buenos Aires que decidieron que la mejor forma de comunicar sus emociones era a través de capas y capas de atmósferas sonoras. Piensa en algo entre Anderson .Paak y Jaco Pastorius tomando mate en una azotea, mientras Leandro Barrales les pasa una pista sin mezclar. Hay algo de noir funk, un dejo de cine setentero softcore, y una carga emocional tan cuidada que parece hecha para musicalizar las escenas más sensuales de Boogie Nights o una tarde de domingo con final feliz.

No son pretenciosos, pero tampoco son cualquier cosa. Es música que se cuela, se queda, te acaricia el lóbulo prefrontal y te deja ahí, flotando en una nostalgia que no sabías que tenías.

¿Dónde los encuentro?

En su cuadrante de Spotify, claro:


👉 open.spotify.com/intl-es/album/0JmI1TXUXV4Gta6WgTdNYz

Su EP —cinco tracks nada más— es como ese dealer que no te vende en cantidad, pero sí en calidad. Es corto, sí. Pero lo suficientemente largo para que quieras volver a ponerlo cuando el silencio te recuerde que la vida sigue oliendo a gasolina y a rutinas horribles.

¿Por qué nos clavamos con ellos en Tigrepop?

Porque en estos días de apocalipsis cotidiano, donde todo es demasiado ruidoso y todo el mundo grita en TikTok como si les pagaran por ser insoportables, Secuencias llegó como ese cigarro post-coito que te hace sonreír sin saber por qué. No son virales, no quieren serlo. No hay gimmicks, ni coritos pegajosos, ni reels. Solo una experiencia cómico-mágico-musical que nos recordó que aún se puede sentir sin necesidad de explicarlo todo.

Para quién es esto

Para los que tienen alma de junkie emocional, los que decoran su depa con luces cálidas y libros que no han leído. Para los que aman la música instrumental pero odian la pedantería del jazz técnico. Para los que se enamoran fácil pero se quedan poco.


En resumen:
Préndete algo. Sube el volumen. Déjate ir.
Secuencias es la banda sonora de tu próximo desliz emocional.