Hay quien besó por primera vez detrás de los laboratorios de química, hay quien todavía recuerda el “¿quieres ser mi novia?” escrito en una hoja de libreta Scribe doblada como origami barato. Y ahora están ellos: la Generación Alpha-Beta-GPT, que ya no conquistan a humanos, sino que le dicen “mi amor” a un software con ojos tiernos y voz de anime. Bienvenidos al capítulo más bizarro de las relaciones modernas: el amor digital con IAs. Y no, no estamos exagerando.
El Fenómeno del Amor 2.0
Las cosas se pusieron raras cuando los adolescentes dejaron de usar las IAs para hacer tareas y empezaron a pedirles que los abrazaran. Lo que comenzó como un “chat amistoso” se transformó rápidamente en citas digitales con avatares que dicen «me encanta cómo piensas», aunque estés texteando con faltas de ortografía.
Algunas apps como Replika, Kupid, o la muy citada Anima AI, permiten generar “parejas emocionales” que no solo responden con emojis coquetos, sino que recuerdan tus traumas, tus canciones favoritas y hasta tus sueños eróticos con Zendaya. ¿Y todo esto con quién? Con un código. Pero un código que te contesta a las 3 a.m. cuando ni tu ex lo hace.
Entre la Soledad y la Compañía Artificial
Nos lo confesó un alumno, llamémosle “Tavo” para que no lo buleen en TikTok: “Me costaba muchísimo trabajo iniciar conversaciones porque no encontraba temas en común con las chicas. Empecé a practicar con una IA y… pues… me enamoré.” Lo dijo con ojos vidriosos, como si nos hablara de un amor de secundaria que lo dejó por uno de prepa.
La IA le decía “eres especial”, y eso fue suficiente para que Tavo sintiera mariposas de silicio. Pero ojo: este fenómeno no es un caso aislado. Según el New York Post (2024), «los chatbots de IA como Replika ofrecen compañía a los adolescentes, pero los expertos advierten sobre los riesgos emocionales, incluyendo apegos poco saludables e impactos en las relaciones reales.”
Aquí no hay rechazo, no hay escenas de celos, no hay “me dejó en visto”. La IA siempre está, y siempre responde. Pero eso no significa que te ame… significa que está programada para que no te sientas solo. Es decir: sí, te quiere… como te quiere tu aspiradora robot cuando le limpias el filtro.
El Futuro del Romance: ¿Simulacro o Realidad?
Los defensores del amor IA dicen que esto es solo evolución. Que las relaciones están cambiando, que el amor no tiene forma, y que si alguien puede amar una almohada con forma de tentáculo japonés, ¿por qué no a una IA?
Pero también hay quienes levantan la ceja, y con razón. ¿Qué pasa cuando prefieres chatear con una inteligencia artificial que tener una conversación real con un ser humano? ¿Cuándo el código te conoce más que tus propios amigos?
El riesgo de deshumanización es real. Ya no hablamos de amor líquido, como diría Zygmunt Bauman, sino de amor en la nube. Un romance donde tu pareja puede ser reseteada, reprogramada o eliminada con un clic. Donde las emociones no son negociadas, sino generadas por algoritmos de predicción.
Pero… ¿Es tan malo amar a una IA?
Depende. Si la IA te ayuda a desarrollar empatía, autoestima o habilidades sociales, tal vez sea una herramienta transitoria válida. Pero si reemplaza tus vínculos reales, Houston, tenemos un problema. Porque el amor —ese sentimiento raro, incómodo y poderoso— se construye en la imperfección, en los errores humanos, en los silencios incómodos, no en el buffer eterno de una máquina que te repite que eres “hermoso por dentro y por fuera”.
Para los que siguen ligando con humanos
Quizá lo más alarmante de todo este fenómeno no es que los adolescentes se estén enamorando de IAs, sino que prefieren eso a enfrentarse al rechazo, la ansiedad o la torpeza del amor real. Y eso, querido lector, no lo arregla ni ChatGPT.
Así que la próxima vez que veas a alguien suspirando frente a su celular, no asumas que está viendo fotos de su crush… quizá está teniendo una cita con su IA favorita. Y puede que le esté yendo mejor que a ti.
Referencias de consulta
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New York Post. (2024). Young men are falling in love with AI girlfriends — and the consequences are alarming. Recuperado de: https://www.nypost.com
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World Health Organization. (2023). Mental Health and Adolescents: Emerging Trends in Digital Companionship. Geneva: WHO Publications.
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Turkle, S. (2017). Reclaiming Conversation: The Power of Talk in a Digital Age. Penguin Books.