El Super Bowl LIX, celebrado el 9 de febrero de 2025 en el Caesars Superdome de Nueva Orleans, tuvo como protagonista del show de medio tiempo al rapero Kendrick Lamar. Con una carrera llena de éxitos y una gran capacidad para fusionar mensaje y espectáculo, Lamar entregó una presentación impactante que dejó huella en la historia del evento.
Esta fue la segunda vez que el artista californiano se presentó en el Super Bowl, pero la primera como acto principal. Su actuación se distinguió por una producción visualmente innovadora, una selección de canciones icónicas y la presencia de invitados sorpresa que agregaron un toque especial al espectáculo. Desde el inicio, el escenario capturó la atención del público al asemejarse a un gigantesco control de PlayStation, un guiño a la cultura urbana y digital que caracteriza a la generación actual.
El show comenzó con Kendrick Lamar emergiendo de un Buick Regal de los años 80, acompañado de un grupo de bailarines perfectamente sincronizados. La energía se elevó rápidamente con la interpretación de «Humble», uno de sus temas más populares, seguido de «DNA», una canción que resalta su estilo crudo y potente. La escenografía y la iluminación intensificaron la fuerza de cada interpretación, creando un ambiente inmersivo que reflejaba la identidad artística del rapero.

Uno de los momentos más esperados fue la interpretación de «All the Stars», en la cual se unió la cantante SZA como invitada especial. Su presencia añadió un matiz emocional y melódico que contrastó con la intensidad del resto del espectáculo. Además, la colaboración entre ambos artistas, quienes previamente habían trabajado juntos en la banda sonora de «Black Panther», evocó un sentido de unidad y reivindicación cultural.
El espectáculo también estuvo cargado de sorpresas. El actor Samuel L. Jackson apareció en escena personificando a un carismático «Tío Sam», quien interactuó con el público y ofreció comentarios satíricos entre canciones. Este detalle aportó una dimensión narrativa al show, fusionando entretenimiento y crítica social de manera ingeniosa. Asimismo, la legendaria tenista Serena Williams hizo una aparición especial durante la canción «Not Like Us», sorprendiendo a todos con un baile improvisado que incluyó el famoso «Crip Walk». Su presencia fue un guiño al empoderamiento y la representación de figuras influyentes dentro de la comunidad afroamericana.

A lo largo del espectáculo, la puesta en escena combinó elementos visuales y simbólicos que hicieron referencia a temas de identidad, orgullo y resistencia. Los colores patrióticos en los vestuarios, las imágenes proyectadas en las pantallas y la cuidada coreografía contribuyeron a transmitir un mensaje profundo que trascendió el entretenimiento.
El show de medio tiempo de Kendrick Lamar en el Super Bowl LIX fue una fusión perfecta entre música, narrativa y significado social. Bajo la dirección de Hamish Hamilton y la producción de PGLang, la compañía creativa fundada por Lamar y Dave Free, el evento se convirtió en un momento memorable que reafirmó el impacto del rapero en la industria musical y en la cultura contemporánea.